Descubrirse a uno mismo quizás sea uno de los procesos más mágicos y a la vez estremecedores de todos. Implica verse, contemplarse, transformarse. Conectar con las bitácoras es permitirles que contengan en ellas lo que guardamos adentro nuestro, a veces en forma de palabras, a veces en forma de dibujos, un lenguaje que contiene profundidad y emoción.